El poder es un ejercicio que da la oportunidad de cumplir con la voluntad de quien lo tiene. Es la habilidad de influir en otros y alcanzar ciertos intereses.
El ser humano tiene la necesidad natural de buscar líderes que dirijan y ejerzan autoridad, que definan lo desconocido y organicen el desorden. Personas en quienes se deposita el poder para su administración, también conocidas como personas poderosas.
Hoy en día, el concepto de poder y su definición ha sido distorsionado, el problema se hace evidente cuando las personas poderosas son quienes corrompen la autoridad, desvían los recursos originalmente destinados a la mejoría de todos, desorganizan y velan únicamente por sus intereses personales.
Su error esta en pensar que el poder otorga mas derechos que responsabilidades; en el mundo ideal, el poder viene de la mano con el deber de colaborar, entre mas capacidad de mando tiene una persona, la medida de sus posibilidades aumenta.
Todo termina de enredarse cuando éstas mismas personas que desprestigian el calificativo “poderoso” son constantemente alabadas por la misma sociedad que ha venido decayendo gracias a las mediocridades de una mala administración y aplicación de poder.
Es importante recordar que el poder no lo otorga el apellido ni el dinero, el poder lo ceden las personas al permitir sentirse intimidados por quienes se sienten superiores. El avance y la prosperidad de la sociedad depende de que sus miembros sean consientes de que para poder ejercer poder, es fundamental y necesario contar con el interés de otros de obedecer, otorguemos pues el poder a quien sea digno de ser obedecido, otorguémoslo a quien lo administrará de manera correcta; otorguemos el poder a quien realmente lo merece y no a quien se siente merecedor.
Andrea.
Andrea Puebla 