Como me haces falta en mi vida diaria, en todos los sucesos de mi vida, cotidianos o trascendentes, siempre quiero tu opinión, tu consejo, tu abrazo, tu compañía, siempre me he sentido comprendida por ti; se que de verdad me quieres.
Extraño nuestras ganas de escuchar cada detalle de las miles de historias, sin omisiones, de los hechos y las emociones que ellos despertaban, la presencia entera de escuchar con empatía y la libertad de expresarlo con nulo miedo al juicio. Me acostumbré a tenerte cerca.
Me consta que desinteresadamente quieres lo mejor para mi y eso es dificil de encontrar, me duele que estemos separadas en este momento de nuestras vidas porque nunca quiero dejar de conocerte o acompañarte, ser para ti lo que tu eres para mi.
Gracias porque cuando te tenia cerca aligeraste lo que parecía difícil, aunque era fácil. Hoy que estas lejos y a veces las cosas parecen difíciles, te escribo para recordarte lo que significas para mi y lo mucho que aportas a mi vida sin siquiera hacer contacto.
Siempre te extraño, pero también, siempre te siento presente.
Andrea.