En esta casa vacía siento un corazón lleno.
Aunque las bancas estén solas yo me siento acompañada.
Se que estás aquí y que te gusta que yo esté aquí.
Me gusta escribirte sin pensar, pero también me gusta pensar que escojo las palabras para ti, que te hablo y me escuchas; que aunque sabes lo que pienso, quiero, hago, supongo y digo, disfrutas de la selección de palabras y letras, con las que yo te hablo a ti.
Que por un momento olvidas que lo sabes todo y me escuchas como si fuera la primera vez.
Así me siento en tu casa.
Andrea.