La anatomía humana es una ciencia muy curiosa, tenemos dos orejas, dos ojos, dos manos y una boca. Físicamente estamos diseñados para escuchar con nuestras orejas, ver con nuestros ojos y hacer con nuestras manos el doble de lo que decimos con nuestra boca.
Los dedos en nuestras manos son de mucha utilidad para escribir y tocar, pero también son para entretejerse con otros dedos en otras manos. Nuestros brazos sirven para equilibrarnos y alcanzar los cereales en la despensa, pero también sirven para enlazarse con otros cuerpos en forma de abrazo. Nuestros ojos detectan la luz y el movimiento, pero también nos permiten ver las caras de las personas que queremos, los lugares y los atardeceres mas bonitos del mundo.
Nuestras orejas, son el instrumento que menos usamos, sirven para escuchar a otros y escucharnos a nosotros mismos, son auxiliares de nuestra mente para revisar nuestras palabras una vez que las hemos exteriorizado, funcionan como segundo filtro. Tienen forma curveada, justo como el signo de interrogación que va después de cualquier pregunta. Nuestros oídos sirven para escuchar a los demás y por su forma, nos recuerdan que debemos preguntar a otros cómo están, cómo les va, o si podemos ayudarles en algo.
Es curioso como hasta la estructura de nuestros órganos nos dice para qué son. Nuestra fisiología pide que pongamos atención en la forma en la que nuestros cuerpos y los de los demás se desenvuelven, que nos preguntemos si aprovechamos todas las funciones que nos ofrece, tanto físicas como mentales. Vale la pena conocer la forma y el fondo, cuestionar el por qué las cosas son como son y ofrecer una explicación propia. No queremos despertar un día y cortarnos las orejas como Van Gogh simplemente porque no supimos utilizarlas, ésta es mi forma de ver las cosas.
Andrea.